Leo un interesante artículo en
New York Times sobre el reciente descubrimiento de más de 100 seísmos lunares o
lunamotos ocurridos hace tres décadas. Esto confirmaría la idea de que
la buena ciencia lleva su tiempo. Varios grupos de investigadores han rescatado los datos sísmicos procedentes de los sismógrafos de las sondas
Apollo para comprender mejor la composición de la Luna y por qué tiembla su interior.
Las sondas lunares de las misiones
Apollo XI a
Apollo XVI llevaron sismómetros, el mismo tipo de instrumentos que miden los terremotos en la Tierra, diseñados para que siguieran enviando datos por radio a nuestro planeta una vez que los astronautas hubieran regresado. La misión
Apollo XI dejó un prototipo que falló pasado un mes, la misión
Apollo XIII, que estuvo a punto de desaparecer tras la explosión de un tanque de oxígeno, nunca llegó a la Luna. Pero los otros cuatro sismómetros, de las misiones
Apollo XII,
XIV,
XV y
XVI, registraron más de 12500 movimientos sísmicos hasta 1977, cuando la
NASA decidió desconectar la red de sismógrafos.
Como era de esperar, se producían temblores con el impacto de pequeños meteoritos, también se registraron los impactos de determinadas partes de chatarra inservible procedente de las naves
Apollo.
( Ejem...Ya nos vale, salir a contaminar a otros planetas)
Los sismómetros también captaron 28
lunamotos poco profundos en ocho años, siendo el mayor de magnitud 5.0. Pero lo más inesperado y aún sin explicación convincente fue la gran cantidad de pequeños movimiento sísmicos, varios al día de media, que se producían a mucha más profundidad a 8000-12000 metros de profundidad, aproximadamente a medio camino hasta el centro de la Luna.
De los sismógrafos seguían surgiendo movimientos idénticos una y otra vez, lo que indicaba que ciertas zonas del interior de la Luna se rompían repetidamente de la misma forma. El
Dr. Yosio Nakamura, de la
Universidad de Texas y otros colegas contaron 108 regiones de este tipo, que llamaron nidos. La tasa de lunamotos parecía crecer y decrecer cada 27 días, lo que sugería que estaban provocados por fuerzas de marea.
Casi todos los lunamotos profundos se origaban en la cara visible de la Luna, la cara que siempre apunta a la Tierra. Esto significaba que la estructura de la cara oculta es distinta y que no sufre movimientos o bien que éstos sí se producen pero se disiban al llegar a una zona más fundida.
Esta era la conclusión insatisfactoria a la que se llegó con los estudios iniciales del Dr. Nakamura hace 20 años. Tampoco pudo encontrar el origen de 9.000 de los 12.500 eventos registrados por los sismógrafos.
La dificultad estribaba en los límites de los ordenadores de la época. Los cuatro sismómetros que había en la Luna eran muy avanzados para su tiempo,registraban los datos digitalmente y enviaban la información por radio a la Tierra en tiempo real. Pero los ordenadores eran incapaces de procesar tantos datos.
Con ayuda de las nuevas tecnologías Nakamura ha vuelto a analizar los datos de hace tres décadas, descubriendo el origen de muchos de los 9000 seísmos sin explicación y también nuevos "nidos" en el interior lunar. Aunque muy pocos en la cara oculta, lo que deja sin explicación la cuestión crucial sobre las diferencias de las dos caras.
Otro investigador, el
Dr. Amir Khan, un geofísico de la
Universidad de Copenhage ha utilizado modernas técnicas de análisis que llegan a la conclusión de que la corteza de la Luna es un 25% más delgada de lo que se creía.
Basándose en la velocidad de las ondas sísmicas, el Dr. Khan llegó a la conclusión de que el interior de la Luna es considerablemente diferente al manto superior de la Tierra, con mayores concentraciones de aluminio y silicio y menores cantidades de magnesio e hierro.
Esto apoyaría la teoría de que la Luna no se formó en el mismo momento que la Tierra. Si se hubiese formado al mismo tiempo sería de esperar que ambos cuerpos tuvieran la misma composición química.
Pero aunque los ordenadores de última generación ofrecen nuevas respuestas a partir de datos de hace treinta años, la mayor esperanza para conocer más sobre el origen de la Luna y sobre su interior reside en la colocación de una nueva red de sismómetros, especialmente en la cara oculta.
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2005-03-06, 01:00 | 1 comentarios