En el siglo XIX algunas de las mayores mentes pensantes idearon ingeniosos sistemas para comunicarse con los posibles habitantes de la Luna. Entre ellos
Gauss, uno de los más destacados matemáticos de la historia, pensó en plantar una serie de árboles en hileras formando un triángulo rectángulo con un cuadrado en cada uno de sus lados, lo que supone la famosa demostración gráfica del teorema de
Pitágoras ideada por
Euclides. Quizá esta idea sea el precursor histórico de los círculos de la cosecha, tan de moda en los últimos años.
Otra de sus ideas fue utilizar heliotropos, un sistema de señalización mediante espejos que reflejan la luz solar inventado por
Olbers, en una carta al inventor,
Gauss dice "Con cien espejos independientes de unos 16 pies cuadrados cada uno, podríamos enviar suficiente luz a la Luna, poder contactar con nuestros vecinos lunares sería un descubrimiento aún más importante que el de América".
Circula otra historia, posíblemente apócrifa a pesar de que el astrónomo a quien se refiere creyera en la existencia de vida en la Luna, según la cual
Joseph Johann von Littrow director del observatorio de Viena pensó en excavar una serie de figuras geométricas en el Sáhara, rellenarlas de agua y sobre ésta poner una capa de queroseno que se haría arder para poder ser vistos desde la Luna o incluso desde Marte.
Otra de las ideas, propuesta por el inventor francés
Charles Cros consistía en enfocar mediante espejos parabólicos una serie de rayos de luz eléctrica de forma intermitente. Estos flashes parpadeantes serían el equivalente al código Morse. Si las señales recibiesen respuesta dijo, "Sería un momento de alegría y orgullo. Se desvanecería el eterno aislamiento de las esferas". Los flashes registrados en otros planetas, como Venus, por las observaciones de
Messier,
Schröter y
Harding serían los intentos de sus habitantes por comunicarse con nosotros.
En la década de los 90 del siglo XIX, durante el apogeo de la controversia de los canales marcianos, el interés se centró en la comunicación con los marcianos.
Galton,
Pickering y otros idearon sistemas de comunicación ingeniosos. Este interés se intensificó cuando se anunció el Premio Guzman (propuesto por
Camille Flammarion en 1891 y dotado con 100.000 francos a la persona que en el plazo de 10 años fuese capaz de comunicarse con habitantes de otro planeta y recibir respuesta) y se informó de la presencia de luces anómalas en la superficie de Marte que se tomaron por esfuerzos de los marcianos por comunicarse con los terrícolas. Al principio del siglo XX se conjeturó acerca de la comunicación mediante señales de radio y numerosos científicos propusieron sistemas, entre ellos
Tesla (1901),
Todd (1909) y
Marconi (1919).
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2005-03-25, 01:00 | 6 comentarios