Un conocido torero de mi tierra acuñó una expresión que ha quedado en el lenguaje coloquial: "Cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible". Así podría describir este fin de semana que pretendía ser astronómico.
Después del estupendo fin de semana de
observaciones en Alcaracejos me había quedado con ganas de seguir observando y de estrenar los
nuevos accesorios. Así que nos fuimos a las casas rurales de
Aldea del Cerezo, enclavadas en el
Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro al norte de la provincia de Córdoba.
El cielo era completamente azul hasta que al llegar a Montoro tomamos la N-420 en dirección a Ciudad Real, cuando empezaron a verse unos cúmulos en el horizonte bastante grandes que comenzaron a crecer al llegar a Aldea del Cerezo. No hace falta decir que al montar el telescopio el cielo comenzó a cubrirse completamente. Quedaban algunos claros que me permitieron colimar el telescopio tras instalar los nuevos tornillos de colimación. El proceso de instalación es realmente simple, se quita un tornillo del secundario y se introduce un tornillo de colimación, uno a uno, una vez instalados hay que reajustar pues lo lógico es que se haya perdido la colimación original. En mi caso me llevó un rato conseguir el resultado esperado, ya que no sabía en qué sentido tenía que girar cada tornillo.
Poco tiempo después el cielo se cubrió completamente de nubes, no tenía pinta de ser algo pasajero así que me fuí a dormir. Me levanté a las 6:30, con tiempo de ver Marte y de hacer algunas fotografías del instante siempre mágico de la salida del Sol.
La mañana del sábado la dedicamos a hacer una ruta senderista desde
Aldea del Cerezo hasta
Venta del Charco. El norte de la provincia de Córdoba está muy despoblado, es una de las zonas de la provincia donde menos se nota la huella humana. Por aquí discurre el río Yeguas, uno de los parajes más silvestres y mejor conservados de Andalucía. El origen de
Aldea del Cerezo está poco documentado, pero se trata seguramente de un pequeño enclave en las rutas poco transitadas de esta parte de la provincia, quedó definitivamente despoblada en los años 60 y se restauró a finales de los ochenta como centro para turismo rural. En el topónimo de
Venta del Charco también encontramos esta referencia a las antiguas ventas que se situaban en los caminos. La ruta entre las dos aldeas discurre por una dehesa de encinas con afloramientos de granito y donde es fácil avistar grupos de ciervos. Lástima no haber tenido un teleobjetivo en condiciones para hacer fotografías. Encontramos varios grupos de ciervos por el camino, algunos con vistosas cornamentas.
En el camino es posible encontrar la única población de
robles melojos Quercus Pyrenaica de Córdoba, lo que convierte este robledal en un paraje de altísimo valor ecológico. La existencia de esta especie, más propia del norte de la península, se debe a la altitud media de la zona (alrededor de 750 metros) y a que se trata del lugar de la provincia donde más llueve al año. El nombre
Pyrenaica puede llevar a una asociación de ideas falsa, pues esta especie está prácticamente ausente en el Pirineo. Como todos los
Quercus su corteza es rica en taninos, sustancias muy astringentes usadas para curtir pieles.
Otra especie que se encuentra en los bordes del camino que lleva a
Venta del Charco es el
Piruétano o peral silvestre (
Pyrus bourgaeana), aparece de forma esporádica o en pequeños grupos. En la fotografía se pueden apreciar los pequeños frutos de 3 a 5 cm.
La ruta es muy fácil de hacer, no hay grandes pendientes, y la distancia que separa las aldeas es de unos 7 km.
Venta del Charco es un bonito pueblo de casas encaladas donde se respira tranquilidad. Nos sentamos a descansar un poco y comprar una botella de agua, en el banco de al lado un grupo de viejos discutían acaloradamente, uno de ellos aconsejaba a su vecino sobre la conveniencia de bañar y peinar al perro cada día. El pobre animal miraba para otro lado como si la cosa no fuera con él.
La noche del sábado apuntaba mejor que la del viernes, así que pude tomar algunas imágenes de la Luna y de Júpiter (que espero publicar próximamente aquí) y disfruté mucho observando un grupo de galaxias de la constelación de Leo. En concreto, del triplete formado por
M66,
M65 y
NGC 3628 una galaxia en el límite de visibilidad (o quizás no, la Luna estaba cerca y había bandas de nubes) pero muy elegante, que se ve de canto. Es una galaxia muy grande, abarca casi la mitad del diámetro de la Luna, con sus 15' de longitud.
Otro de los grupos de galaxias de la constelación de Leo que pude observar fue el formado por
M96,
M95,
M105 y las más pequeñas
NGC 3384 y
NGC 3389. Poco después las nubes empezaron a molestar y no me qudó más remedio que recoger todo el equipo a las 1:30 con todo el cielo cubierto. A las 3 de la mañana nos despertó una tremenda tormenta con un chaparrón considerable, ¡menos mal que no dejé el equipo fuera!.
La mañana del domingo dimos un pequeño paseo por los alrededores de Aldea del Cerezo, mirando pájaros con los prismáticos. En esta zona son muy abundantes dos especies de córvidos muy vistosas. Las
urracas (
Pica pica) y los
rabilargos (
Cyanopica cyana). Los rabilargos vagan de un lado a otro en bandadas ruidosas. Es frecuente verlos en pequeñas bandadas que recorren el bosque emitiendo regularmente sus llamadas. El vuelo es bastante directo y rápido entre árbol y árbol. Suelen posarse en el suelo para alimentarse. En ocasiones se suben encima de ovejas o vacas. Crían cerca unos de otros, ocupando lugares que luego pueden ser distintos cada año. A veces se agrupan en gran número para dormir. Las urracas también son muy comunes y fáciles de reconocer por su plumaje blanco y negro. La pareja de urracas vive unida de por vida, permaneciendo en su territorio de cría, si los inviernos son moderados. Oportunista y muy adaptable. Ha sabido aprovecharse de la humanización de los paisajes. Es poco huidiza, lo que no quiere decir confiada. Aletea con frecuencia, pero su vuelo no adquiere nunca gran velocidad. Es frecuente que almacenen alimentos u objetos que por cualquier motivo les llama la atención. En período invernal y al comienzo de la estación reproductora forman grupos de mayor entidad. Suelen agruparse para dormir en lugares concretos.
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2005-06-12, 21:51 | 12 comentarios