Como anunciaba en el artículo de ayer, hoy dedicaremos este capítulo dedicado a la serie
Lunar 100 a
Sinus Iridum.
En uno de los extremos del
Mare Imbrium, el mayor mar de la Luna con 1200 Km de diámetro, se encuentra
Sinus Iridum (Bahía del Arco Iris), un bonito nombre propuesto por
Riccioli para una espectacular zona lunar. Los montes que rodean esta cuenca de impacto se conocen como
Montes Jura, terminados por
Promontorium Laplace (extremo oriental) y
Promotorium Heraclides (extremo occidental). En el mapa de situación y en la siguiente fotografía, tomada antenoche con el
refractor ED 80 se pueden apreciar ambos promontorios.
La siguiente imagen está realizada con un telescopio refractor de 80 milímetros para apreciar globalmente la formación:
Sinus Iridum, a pesar de su aspecto de bahía limítrofe a un mar, es de hecho un cráter de unos 260 km de diámetro, lo cual lo convierte en uno de los cráteres grandes. Si comparamos su tamaño con un área conocida como el de Andalucía podremos hacernos una mejor idea de sus dimensiones.
Harold Urey, el químico premio Nobel que convenció a la administración norteamericana del interés que suponía el
programa Apollo, creía que un meteoroide modeló
Sinus Iridum y posteriormente excavó el
Mare Imbrium. Esta idea se ha desechado en la actualidad (como casi todas las teorías astronómicas de
Urey, cabría señalar).
La parte meridional del cráter de
Sinus Iridum ha desaparecido, la explicación más probable es que el proyectil impactó en el suelo inclinado de la cuenca del
Mare Imbrium y la zona sur del cráter está enterrada bajo la lava del mar. En cualquier caso esta teoría no explica satisfactoriamente todas las observaciones. Otra posibilidad es una que una falla haya fracturado la mitad del cráter. Si miramos
Sinus Iridum cuando el Sol está bajo percibiremos que hacia el
Promontorium Heraclides la altura del acantilado parece disminuir, los acantilados del otro lado mantienen su altura media hasta que llegan al
Promontorium Laplace creando un juego de sombras impresionante. En la parte correspondiente al
Promontorium Heraclide, si las condiciones de altura solar son las apropiadas y hay cierta turbulencia, puede aparecer la famosa
doncella lunar de la que ya hemos hablado en este blog.
Al suroeste del
Promontorium Laplace hay dos formaciones de origen volcánico que resultan muy interesantes. Se conocen como
domos Gruithuisen por su cercanía al cráter del mismo nombre, el
domo Gamma tiene un cráter en su cima según evidenciaron las fotografías del
Lunar Orbiter. Este hecho junto con la forma protuberante de los domos ha convencido a algunos geólogos lunares de que están formados por rocas volcánicas silícicas de forma análoga a algunas formaciones terrestres de este tipo. La importancia de este hecho radica en que la mayoría de muestras volcánicas traídas de la Luna por las misiones tripuladas son de origen basáltico. El basalto se forma por la fusión de materiales ricos en olivina y en piroxeno como el que se encuentra en los meteoritos y en el interior del manto terrestre. La existencia de basalto en la superficie de la luna implica que en el manto lunar existen rocas de olivina y piroxeno. La estructura química de los basaltos crea una lava fluida que no forma estructuras del tipo de los
domos Gruithuisen que requieren un tipo de roca rica en silicio muy raro en las muestras lunares.
Otros artículos de la serie
Lunar 100:
L2: Luz Cenicienta
L4: Montes Apeninos
L5: Copernicus
L9: Clavius
L13: Gassendi
L15: Rupes Recta
L16: Petavius
L17: Vallis Schröteri
L19: Vallis Alpes
L25: Messier y Messier A
L29: Rima Ariadaeus
L35: Rima Triesnecker
L42: Colinas de Marius
L60: Kies Pi
L83: Los cratercillos de Plato
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2006-01-12, 01:26 | 5 comentarios