En la localidad irlandesa de
Birr se encuentra uno de los telescopios más interesantes de la historia de las observaciones lunares, el
Leviatán de Parsonstown.
Este telescopio, construido en 1845 por
William Parsons, tercer
Earl of Rosse, fue con sus 72 pulgadas (1,83 metros) el telescopio más grande del mundo durante 74 años hasta la entrada en funcionamiento en 1919 del gran telescopio de 100 pulgadas de Monte Wilson. Con él se vió por primera vez la estructura espiral de la
galaxia del remolino,
M51, como atestigua el cuaderno de observación que aún se conserva en el
museo del castillo.
La historia de su construcción es la del sueño de
William Parsons.
Parsons deseaba construir un telescopio siguiendo los modelos de
William Herschel. Desgraciadamente
Herschel no había publicado nunca sus métodos de fabricación y
Parsons tuvo que empezar desde el principio.
El primer problema era el de fundir un gran espejo de metal sin que se rompiese. Pasó cinco años buscando una adecuada aleación de cobre y estaño y, después, considerando quebradiza la aleación, decidió fundir espejos en piezas separadas para luego unirlas por soldadura y remachado. A continuación se cubriría el espejo con estaño calentado hasta fundirlo y luego lo dejaría enfriar todo muy lentamente.
El espejo fue fundido el 13 de abril de 1842, lo dejó enfriar lentamente durante 16 semanas, lo pulió...y se le rompió justo cuando iba a colocarlo en el telescopio. Tuvo que volver a fundir el espejo y tras otros tres intentos fallidos logró un espejo satisfactorio.
El impresionante tubo de 13 metros está colgado de dos muros de mampostería orientados en la dirección del meridiano por varias cadenas con contrapesos. Las paredes, de 22 metros de largo y 17 de alto, protegían al tubo del viento.
El espejo tenía un espesor de 6 pulgadas (unos 15 cm) y pesaba 4 toneladas.
Lord Rosse era más ingeniero que astrónomo, así que le interesaba más la parte de construcción que la propia observación. Además el mismo año que el
Leviatán empezó a estar operativo se produjo en
Irlanda la
gran hambruna que se llevó la vida de cientos de miles de personas, mientras que otras se vieron obligadas a emigrar a los
Estados Unidos. Como terrateniente,
Lord Rosse tuvo que hacer frente a esta desgracia y no fue hasta 1848 que pudo retomar las observaciones.
A pesar de estar más dedicado a la observación de nebulosas, también dirigieron el telescopio a los planetas y a la
Luna. La idea consistía en comparar las formaciones lunares con las terrestres, en este sentido dedicaron sus esfuerzos a la búsqueda de volcanes lunares. En el museo se conservan unos preciosos dibujos de las observaciones de cráteres lunares.
Una de sus últimos usos astronómicos fue confirmar, en agosto de 1877, la existencia de los diminutos satélites de
Marte descubiertos desde
Estados Unidos por el astrónomo
Asaph Hall.
El telescopio
Leviatán aparece mencionado en la novela de
Julio Verne titulada
De la Tierra a la Luna, en donde se le cita como el mayor del mundo en su época (1865).
En 1848,
Lord Rosse estudió una mancha nebulosa que había sido observada por primera vez en 1731 por el astrónomo inglés
John Bevis y que
Messier había catalogado con el número uno de su lista de objetos.
Lord Rosse descubrió que
M1 era una mancha nebulosa irregular con filamentos brillantes que le recordó a las patas de un cangrejo, la llamó así
Nebulosa del Cangrejo, nombre que conserva hasta hoy.
El observatorio de
Birr contaba además del
Leviatán con un telescopio de 18 pulgadas guardado bajo una cúpula y otro exterior de 36 pulgadas. Los tres telescopios se complementaban entre sí y atrajeron a
muchos astrónomos, entre ellos a
John Louil Emil Dreyer, que comenzó aquí su propio catálogo de nebulosas, el que luego se convertiría en el
NGC (New General Catalogue) que se sigue utilizando en la actualidad.
Los
Rosse también fueron pioneros de la fotografía astronómica como demuestra esta preciosa fotografía de 1890 obra de
Laurence Parsons, cuarto
Earl of Rosse..
Entre los estudios más curiosos realizados en el observatorio de
Birr está el del cálculo de la cantidad de calor que emite la Luna, para ello
Laurence Parsons, cuarto conde e hijo de
William, fabricó un pequeño telescopio con una focal muy corta al que aplicó un termopar y pudo determinar que la cantidad de calor que nos llega desde nuestro satélite y que evaluó como similar a la que da una vela. Dado que la
Luna no tiene atmósfera su superficie se calienta mucho cuando está iluminada por el
Sol y se enfría en la oscuridad,
Laurence Parsons determinó que la temperatura de la
Luna era de 119ºC, el valor actual es de 69ºC, lo que contradecía la opinión general de que la temperatura tenía que estar por debajo de la del punto de congelación del agua.
El telescopio portátil con el que se hicieron las mediciones del calor de la
Luna se puede ver en el museo, así como una copia del artículo de la revista de la
Royal Dublin Society en el que se detallan los resultados obtenidos. Su determinación fue bastante exacta por lo que sabemos ahora, pero en su día fue tachado de ser un
irlandés loco procedente de los pantanos.
El telescopio tardó tres años en construirse, costó 12.000 libras de la época, una cantidad astronómica, nunca mejor dicho y por las condiciones climatológicas de
Irlanda, la dificultad de su manejo y la imposibilidad de ver objetos muy al este o al oeste resultó un telescopio muy poco práctico. Con ello se aprendió que además de disponer de un telescopio grande era esencial plantear correctamente su emplazamiento.
Algunos
grabados de la época muestran el telescopio compañero de 36 pulgadas y montura acimutal que también se utilizaba en el castillo.
En la historia del Leviatán hay dos puntos interesantes, el hijo menor del tercer conde,
Charles, heredó el interés de su padre en los grandes proyectos de ingeniería. En la década de los noventa del siglo XIX inventó la turbina de vapor, que tuvo una importancia crucial en la historia del siglo XX, haciendo posible las batallas navales modernas.
En 1935,
Charles (por aquel tiempo
Sir Charles) compró el taller óptico de
Sir Howard Grubb. desde ese momento,
Grubb - Parsons ha fabricado varios telescopios muy grandes, incluido el
telescopio Isaac Newton de 98" actualmente en las Islas Canarias.
El conde actual, el séptimo conde de Rosse, ha establecido un museo astronómico en
Birr y ha restaurado el telescopio de 72". El telescopio ha sido restaurado por
Michael Tubridy, ingeniero irlandés más conocido por ser uno de los miembros fundadores del afamado grupo
The Chieftains.
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2007-10-19, 17:18 | 14 comentarios