La
basílica de Santa Maria Novella en
Florencia (Italia) constituye un claro ejemplo de la estrecha relación entre ciencia y arte. En la segunda mitad del Quattrocento se encargó a
Leon Battista Alberti la realización de la fachada, en la que los elementos medievales se combinaron armoniosamente con las partes nuevas del proyecto. Las relaciones de las partes entre sí y con el todo derivan de un sistema armónico proporcional basado en relaciones simples (uno a uno, uno a dos, uno a tres, etc.) que son también la base de la armonía musical. Este sistema permitió a
Alberti definir la posición y las dimensiones de cada uno de los elementos de la fachada. La relación de uno a dos gobierna la composición de toda la fachada, que resulta inscrita en un cuadrado, mientras que un cuadrado menor (con lado igual a la mitad del mayor) establece las relaciones tras los dos planos, descompone la parte inferior y circunscribe la parte central superior. Esta relación es mantenida por todos los elementos de la fachada, de modo que toda ella resulta construida geométricamente sobre la base de una reducción progresiva a la mitad o duplicación de las medidas, manteniendo siempre la misma proporción.
En el interior de la basílica se encuentra la célebre
Trinità de Masaccio que, construida dentro de un espacio arquitectónico concebido según las reglas de la perspectiva de
Filippo Brunelleschi, constituye otro sublime ejemplo de relación entre ciencia del diseño y expresión artística.
La basílica de
Santa Maria Novella también está vinculada a la historia de
Galileo Galilei. En diciembre de 1614, desde el pulpito diseñado por
Brunelleschi y construido por su hijo adoptivo
Andrea Cavalcanti, el dominico
Tommaso Caccini denunció el carácter herético del sistema copernicano. Ante esto reaccionaron algunos seguidores de
Galileo y
Caccini refirió lo sucedido al inquisidor de Florencia para que frenase a «ciertos talentos petulantes». En la carta a
Benedetto Castelli de 1613 y a
Cristina de Lorena de 1615,
Galileo reivindica la autonomía de la ciencia respecto a la fe. El 24 de febrero de 1616 la Iglesia de Roma condenó la teoría heliocéntrica y el 5 de marzo decretó la prohibición de la obra de
Copérnico hasta que se corrigiera. Con la amonestación a
Galileo por parte del inquisidor de Florencia: el cardenal
Roberto Belarmino (quien, por cierto, es santo según la Iglesia Católica), para que el astrónomo pisano abandonara las tesis copernicanas concluye el denominado primer proceso de
Galileo.
Una fachada astronómica
Entre 1572 y 1575, el cosmógrafo
Egnazio Danti (1536-1586) instaló en la fachada de
Santa Maria Novella tres instrumentos astronómicos: un gran cuadrante con relojes solares, una armilla equinoccial y dos gnomones de "cámara oscura". Los instrumentos se diseñaron para la realización de nuevos cálculos astronómicos necesarios en el proyecto de reforma del calendario juliano, que restablecería definitivamente la fecha litúrgica exacta de la
Pascua y de los demás días festivos móviles.
Danti estaba convencido de que los problemas del calendario eran tan complicados que hacían necesaria una revisión global del conocimiento de la época sobre el movimiento aparente del Sol. Bajo el mecenazgo de
Cosme I de Medici, uno de los patrocinadores del proyecto de reforma aplicado posteriormente por el papa
Gregorio XIII,
Danti pasó los últimos años de su estancia en
Florencia dedicado a la construcción de monumentos astronómicos. Aunque los gnomones se diseñaron en 1575,
Danti no pudo completar el trazado de la línea meridiana en el suelo de la iglesia. Tan sólo abrió un agujero en el rosetón y otro en la fachada de la iglesia, mucho más alto, así como dos aberturas en la bóveda por las que los rayos de luz sólo podían pasar durante los equinoccios y durante el solsticio de invierno.
La armilla equinoccial es un instrumento utilizado desde la época griega para la determinación del equinoccio. El día del equinoccio y exactamente cuando éste se produce, las sombras del aro equinoccial se muestran como una línea recta en la fachada como se puede ver en estas fotos tomadas el pasado 20 de marzo, día del equinoccio de primavera.
El cuadrante solar puede volver a verse actualmente en la fachada de la basílica tras varios años de restauración. Los objetivos principales de este instrumento eran la observación del equinoccio, la obtención de la duración del año y la comprobación del valor del ángulo de inclinación del eje terrestre.
Bibliografía:
The Sun in the Church: Cathedrals as Solar Observatories J. L. Heilbron. Hardvard University Press, 2001.
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2008-04-01, 00:39 | 4 comentarios