Mucho antes de la construcción de Stonehenge o de las pirámides de Egipto, una misteriosa civilización levantó los templos más antiguos que aún se conservan en el mundo. Es poco lo que sabemos de los constructores de templos de Malta, los hallazgos arqueológicos sugieren que era una sociedad bien organizada y con un apreciable gusto estético.
Mnajdra se encuentra arropado en un valle entre los acantilados de la costa sur de Malta. Este lugar es probablemente el que tiene una atmósfera más envolvente de todos los templos megalíticos de Malta. Está situado en un trecho accidentado de la costa mirando hacia el islote de Filfla y a sólo 500 metros de otro templo principal, Ħaġar Qim. La zona es típica del paisaje accidentado del Mediterráneo. Aunque es árido en verano, este paisaje se transforma en primavera cuando florecen las plantas y arbustos.
Mnajdra consta de tres templos que miran hacia un patio ovalado. El primero y más antiguo de los templos es un edificio simple con tres ábsides y data de la fase denominada Ġgantija (3600 – 3200 a.C.). Las pequeñas paredes de escombro son una reconstrucción moderna pero las pequeñas del lado superior derecho, con su decoración picada, son originales.
El más impresionante de los templos de Mnajdra es el tercero, con su gran fachada intacta y su banco construido a principios de la fase de Tarxien (3150 – 2500 a.C.). Este templo es quizás el más exquisito de los que se conservan en las islas.
La mampostería demuestra el conocimiento que tenían de las técnicas de construcción y una excelente habilidad. La forma cóncava y tallada de las paredes indica la posibilidad de algún tipo de estructura en forma de cúpula como tejado. Las losas decoradas con espirales talladas otorgan un aspecto excepcional a este emplazamiento. Es también notable la hornacina del lado izquierdo, Todo ello está decorado con la ornamentación típica de la decoración de los templos de Malta.
El templo del medio fue el último en ser construido, a finales de la fase Tarxien. Fue insertado entre los otros dos templos y colocado en un nivel superior sobre una especie de terraza. Las paredes de sus ábsides son de modesta altura y están construidas en piedra caliza globigerina. De particular interés es el grabado de la fachada de un templo a la izquierda del pasillo que conduce a los ábsides interiores.
De las ruinas de Mnajdra se obtuvieron valiosas reliquias, figurillas de piedra y arcilla, adornos de concha y piedra, herramientas de pedernal y loza decorada. La ausencia de objetos de metal tanto aquí como en otros templos similares es resultado de su origen neolítico.
El templo mas bajo tiene una particular alineación astronómica. Durante los equinoccios, el 20 de marzo y el 22 de septiembre, los rayos del sol pasan directamente a través de la puerta principal del templo e iluminan el eje principal. En el solsticio de verano, el 21 de junio, los rayos del sol iluminan el borde de un megalito a la izquierda de la puerta, conectando el primer par de cámaras con las cámaras interiores. Durante el solsticio de invierno, el 21 de diciembre, se produce el mismo efecto pero en el correspondiente megalito del lado derecho.
En el templo hay carteles explicativos que muestran la orientación de los rayos del sol en las distintas épocas del año.
En estos días, los templos se abren al público durante la salida del sol para poder apreciar este evento astronómico. La lista de espera es considerable, pero aseguran que el espectáculo merece la pena.
Algunos autores critican la orientación equinoccial. Juan Antonio Belmonte y Michael Hoskins plantean una interesante posibilidad en Reflejo del Cosmos. Es indudable que los constructores de templos debieron darse cuenta de la salida del sol en el solsticio de invierno, momento en que el Sol cambia la dirección de salida (cada vez más hacia el sur durante los últimos seis meses). Desde la más remota antigüedad el solsticio de invierno ha estado asociado al renacer. Incluso nuestra Navidad tiene un origen similar.
Posiblemente los equinoccios quizás no tuvieran tanto interés para los constructores como se pretende. Gracias a nuestros conocimientos astronómicos actuales sabemos que el equinoccio es el momento en que el Sol cruza el ecuador celeste y donde, en condiciones ideales, la duración del día es similar a la de la noche. En realidad la duración del día y la noche no coincide durante los equinoccios por efecto de la atmósfera terrestre, que prolonga la duración del período de luz. Resulta obvio que la determinación exacta del equinoccio plantea algunos problemas prácticos. ¿Determinaban los antiguos las posiciones de los solsticios y a partir de este dato calculaban la posición de los equinoccios? El cálculo de la bisectriz es una operación simple pero quizás demasiado compleja para la época. En los paneles informativos del propio templo se indica que durante los solsticios los rayos de sol inciden en dos pilares determinados, mientras que durante los equinoccios la luz penetra en el interior del templo. Aunque la suposición parece lógica hay otras explicaciones plausibles.
Juan Antonio Belmonte y Michael Hoskins piensan que el templo de Mnajdra no está orientado según los equinoccios sino hacia otro asterismo fácilmente reconocible: las Pléyades. En la época en que se levantó el templo (alrededor del III milenio antes de nuestra era) las Pléyades salían exactamente por el este. Este cúmulo estelar tiene una gran importancia en la cultura de muchos pueblos.
En este conjunto megalítico existe otro elemento de interés astronómico. A lo largo del eje principal del tercer templo de Mnajdra se encuentran dos estelas con una serie de orificios alineados que parecen ser cuentas. El número total de agujeros en cada uno de los pilares es de 180, lo que corresponde aproximadamente a medio año, así que los estudiosos actuales aceptan que las dos estelas son en realidad un primitivo calendario agrícola de piedra. Los agricultores se han guiado por las estrellas desde la Antigüedad para determinar las épocas de las tareas agrícolas. Algunas estrellas conservan esta función en su nombre: Spica, la espiga, que indicaba el momento de la siega, Vendimiatrix, la vendimiadora, que indicaba la fecha idónea para recoger la uva...
Nos queda mucho por aprender de los conocimientos astronómicos del hombre primitivo, pero nadie pone en duda que nuestros antepasados conocían el sentido práctico del cielo para determinar las fechas del calendario y probablemente se sentían sobrecogidos cuando miraban a las estrellas.
Más información sobre los templos megalíticos de Malta en Cuaderno de viaje.
Manu, en cualquier guía de viaje de Malta aparecen los templos megalíticos. Son el mayor tesoro nacional. Lo que está claro es que los turistas buscan otras cosas...en eso se diferencian de los viajeros :-)
Interesante Blog, y bonitas fotos,! todo un mundo por descubrir esto de la astronomía, aunque mi cultura astronómica es casi nula, siempre me quedo ensimismado mirando las estrellas cuando hago noche en alguna montaña.
Saludos,
Con estos reportajes así, a los que nos gusta viajar poco, nos hacemos más perezosos, "viajamos" sin movernos de casa jajajaja... evidentemente no es lo mismo, claro, en directo se debe disfrutar mucho, palpando esas construcciones hasta te debes "transportar" en el tiempo.