Ya hemos contado en
esta historia que
La Crucifixión de
Jan van Eyck es posiblemente la primera obra del arte occidental en la que la Luna aparece representada de forma realista. La obra se conserva en el
Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
El terminador presenta unas irregularidades muy naturales. El realismo de
Van Eyck es aún más sobrecogedor si pensamos en la época en la que fue realizado y en los antecedentes pictóricos de estos mismos motivos. La Luna puede verse junto al crucificado de la derecha.
Jan van Eyck - La Crucifixión - Metropolitan Museum of Art
Pero la primera representación fidedigna de la Luna en el arte es obra de
Lodovico Cardi, llamado Cigoli. En la cúpula de la capilla paulina de la
Basílica de Santa María La Mayor en
Roma encontramos una pintura de la Virgen apoyada sobre una Luna en la que son claramente visibles los cráteres.
Fachada de la Basílica de Santa María La Mayor - © Paco Bellido
Lodovico Cigoli - Detalle de la cúpula de la capilla paulina
Cigoli decía que
Galileo Galilei había sido su maestro de perspectiva. Se conocían desde la época en la que asistían a la misma clase de matemáticas. Cuando
Galileo regresó a
Florencia,
Cigoli había recibido el encargo de decorar la cúpula de la capilla paulina de la Basílica de Santa María La Mayor. En su fresco de la
Asunción, los pies de la Virgen están apoyados sobre una Luna creciente. La Luna es uno de los atributos de la Virgen que alude a la pureza y su representación es frecuente en la iconografía religiosa, pero la interpretación de
Cigoli es totalmente novedosa en la historia del arte. La línea que separa la luz de la sombra es rugosa. Según la tradición aristotélica la Luna era un objeto perfecto que servía de separación entre la perfección celestial y la imperfección terrestre.
En noviembre de 1609
Galileo realizó una serie de observaciones lunares con sus telescopios que plasmó en varias acuarelas. Estas acuarelas se convirtieron poco después en los grabados que se pueden ver en
Sidereus Nuncius. En esta obra
Galileo aseguraba que la Luna aparece al telescopio de forma
"irregular, rugosa y llena de cavidades y salientes". La imagen de
Cigoli es la primera representación artística de lo que
Galileo vio al telescopio.
Galileo Galilei - Acuarela de la Luna
Otros autores de la época siguen representando la Luna como una esfera inmaculada, de una pureza casi absoluta. Por ejemplo, en la
Inmaculada Concepción de
Murillo podemos ver esta idea.
Bartolomé Esteban Murillo - Inmaculada Concepción
Según cuenta
David R. Topper, profesor de Historia de la
Universidad de Winnipeg (Canadá), en su obra
Quirky Sides of Scientists, es más que probable que
Galileo también haya influido en otra gran artista de la época.
Artemisia Gentileschi era la hija mayor del pintor
Orazio Gentileschi.
Artemisia siguió los pasos de su padre y gozó de un gran éxito en la época. Fue la primera mujer en ingresar en la
Accademia del Disegno (Academia del Dibujo) de Florencia.
Mientras
Cigoli pintaba sus frescos en Roma,
Artemisia estudiaba perspectiva con
Agostino Tassi, un artista a quien su padre había contratado como profesor. En mayo de 1611
Tassi la violó. Se conservan los registros del proceso judicial que siguió a este hecho.
Judith y Holofernes o la Degollación de Holofernes está considerada la obra maestra de
Artemisia. En esta obra la pintora pone sus mismos rasgos en el rostro de Judith, atribuyendo a Holofernes los de
Tassi, su violador. La oscuridad y gráfica violencia de esta obra, la frialdad con que Judith decapita a Holofernes, se atribuyen a su violación y al proceso humillante que le siguió.
Se conservan dos ejemplares del cuadro. El primero de ellos data de 1612-1613 y está en Nápoles. Se puede ver cómo la sangre mancha las sábanas en una escena de gran crudeza que sigue el estilo de
Caravaggio, tan de moda en la época.
Artemisia Gentileschi - Judith decapitando a Holofernes - Museo Nacional di Capodimonte, Nápoles
A principios de 1613
Artemisia y su marido llegaron a Florencia, donde ella fue una de las pocas mujeres admitidas en la academia. Recordemos que
Galileo también acababa de establecerse en la ciudad y que en 1613 entró como miembro de la academia y profesor de perspectiva. Es muy posible que
Galileo fuese profesor de
Artemisia. Lo que es seguro es que se conocían. De hecho, se conservan 28 cartas entre ellos que lo atestiguan.
Parece ser que al duque
Cosme de Médici le agradó el cuadro de la decapitación y encargó una segunda copia en 1620.
En la segunda versión, que se conserva en
Florencia, pintada entre 1620 y 1621 podemos apreciar una diferencia notable: la sangre que mana de la herida del cuello. El recorrido de la sangre sigue una trayectoria parabólica.
Artemisia Gentileschi - Judith decapitando a Holofernes - Galleria degli Uffizi, Florencia
Sabemos que
Galileo se ocupó del movimiento de proyectiles y que fue el primero en describir el movimiento parabólico.Aunque el aparato matemático de su teoría del movimiento de proyectiles data de 1638 se sabe que había tratado el asunto con sus alumnos. En 1632,
Bonaventura Cavalieri, un matemático que estudió con uno de los mejores alumnos de
Galileo, publicó un libros sobre parábolas en el que mostraba las leyes del movimiento de proyectiles atribuyéndolas a
Galileo seis años antes de la publicación de la obra. Esto muestra que
Galileo nunca ocultó sus descubrimientos a sus alumnos antes de que
Discorsi e Dimostrazioni Matematiche, intorno a due nuove scienze attenenti alla meccanica & i movimenti locali (Diálogos sobre dos nuevas ciencias) viera la luz.
Galileo había intercedido ante el gran duque
Cosme de Médici para conseguir un buen pago por la segunda versión del cuadro. Es muy probable que
Galileo conociera ambas versiones y que hubiera indicado a
Artemisia la trayectoria de la sangre.
El parecido con las parábolas que aparecen en las notas de
Galileo es demasiado evidente para que tan sólo se trate de una casualidad.
Galileo Galilei - Notas sobre el movimiento de proyectiles
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2009-01-21, 11:46 | 10 comentarios