Varios miles de locos por la astronomía nos hemos congregado en China durante el mes de julio para observar el mayor eclipse solar del siglo. Hemos tenido la ocasión de viajar al Lejano Oriente con una expedición de la Agrupación Astronómica de Madrid. Nuestra ubicación en Anji (安吉简) (enlace de Google Earth) en plena naturaleza en la China profunda, lejos de los destinos turísticos, era el sitio perfecto para verlo.
Nuestro hotel (el único de la zona con capacidad para alojar a occidentales) estaba ocupado por astrónomos italianos, belgas y españoles. A nosotros nos correspondió un lugar idílico. Un mirador en el que una estatua de una diosa sujetaba una Luna, una alegoría perfecta de la ocultación.
La noche anterior al eclipse las predicciones meteorológicas eran esperanzadoras, en la reunión de preparación se dieron todas las indicaciones necesarias para la observación. El nerviosismo entre los astrónomos era palpable. Todo el mundo preguntaba por los últimos partes meteorológicos.
Mi primer eclipse total de Sol ha tenido un sabor agridulce, las nubes no nos dejaron disfrutar plenamente del mayor espectáculo astronómico que se puede ver desde nuestro planeta, pero tuvimos ocasión de vislumbrar la corona solar durante la totalidad y buena parte de la parcialidad del eclipse.
La primera imagen está hecha con una lámina Baader acoplada al teleobjetivo de 300 mm, las demás sin lámina, ya que las nubes hacían de filtro.
Secuencia de la parcialidad del eclipse
El mirador parecía buscado a propósito, pudimos disfrutar de estampas como esta
El momento de totalidad fue impresionante. No soy muy dado a emocionarme así que lo que mejor puede describir el momento eran las lágrimas que rodaban por mi cara mientras la Luna ocultaba el disco solar.
Tras el eclipse cayó el chaparrón más grande que jamás haya visto. Así que siempre me quedará el consuelo de que podría haber sido peor.
A pesar de todo la vivencia ha sido muy enriquecedora: el espectáculo de la corona solar, la sensación extraña que impregnaba la atmósfera cuando anocheció en pleno día, los gritos de asombro de los escolares chinos que nos rodeaban...todo un cúmulo de emociones condensadas en poco más de cinco minutos.
Lola grabó algunos vídeos durante la totalidad en los que queda patente la excitación de quienes presenciaban el eclipse.
Otro más, al final se oyen las cigarras, que durante la totalidad estuvieron calladas a pesar del sofocante calor tropical.
Además de observación visual se realizaron dos experimentos, a los que no afectaban las condiciones meteorológicas. Alberto Martos llevaba un péndulo para medir la alteración del período durante el máximo del eclipse. La acción combinada de la Luna y el Sol provocan un efecto de marea en la Tierra que la deforma. Esta deformación es del orden de varios centímetros y puede medirse mediante un péndulo. El complejo sistema utiliza una cámara web y varios encoder tridimensionales para registrar con gran precisión la posición del péndulo.
Alberto Martos explica su experimento
Otro experimento consistía en estudiar la variación de las emisiones de radio procedentes del sol durante la totalidad. Hamilton Vírguez preparó unos troncos de bambú de 4 metros para fabricar una antena.
Experimento radioastronómico
Durante el eclipse estuvimos acompañados de varias docenas de estudiantes chinos, en el complejo del hotel se llegaron a congregar diez mil personas.
Un grupo de estudiantes chinos observa el eclipse
Quienes seguís este blog sabéis de mi afición a la macrofotografía, los trópicos asiáticos son un paraíso para los aficionados a la entomología. Os dejo algunas fotos de insectos que fotografié el día anterior al eclipse.
Próximamente os contaré mi visita al Antiguo observatorio de Pekín.
A pesar de las condiciones meteorológicas, las fotos son preciosas, a nuestros compañeros de Sevilla ( unos treinta) les cayó agua a punta pala, pero lograron ver la totalidad durante 4 minutos tras lo que les cayó otra manta de aúpa.
Felicidades Paco por el espectáculo que has podido disfrutar y gracias por compartirlo con todos nosotros. Sabía que las fotografías y los comentarios no me dejarían indiferente.
Un abrazo.
A pesar de la jugarreta del mal tiempo, seguro que ese viaje será uno de los mejores recuerdos de tu vida. Gracias por compartirlo. Excelente reportaje.
Ya estaba deseando de ver tu reportaje del eclipse, Paco. Lástima de nubes, pero me alegro que las sensaciones hayan sido tan espectaculares como cuentas. También me quedo con la foto del eclipse desde el mirador, un encuadre perfecto. Esperemos que en el próximo el cielo esté limpio ;-)
Un eclipse solar es una experiencia que nadie debía perderse al menos una vez en la vida. Espero tener la oportunidad de ver uno, porque con relatos como los tuyos deben resultar impresionantes.
Que grande eres! magníficas tus fotos y tus viajes, que junto a tus explicaciones nos teletransporta haya donde vais. Enhorabuena por tus fotos y a Lola por esos vídeos.
Aunque las nubes no os dejaron tomar esas imagenes que todos soñamos de un un eclipse total de sol, se ve que habeis tenido una bonita experiencia, y es que 6 minutos bajo la totalidad no es para menos. Los videos emocionan, ya me hubiera gustado, incluso con nubes.
Hola. Me encanta tu reportaje. Podrías decirme si obtuviste alguna foto de aquellas cigarras. Estuve en Pekín en el 2008, recuerdo el sonido de las cigarras en la gran muralla. Jamás pensé que me interesaría escribir sobre ellas, pero ése es el caso. Necesito fotos para poder compararlas físicamente con las de Long Island, NY