No hemos disfrutado de una noche demasiado espectacular. Las nubes altas han ocultado parte del espectáculo.
Como muchos otros cordobeses, me he acercado al embalse de
San Rafael de Navallana para ver la lluvia de estrellas. La puesta de sol ha estado bastante cubierta, aunque por el este se iban abriendo claros prometedores.
El brillo de
Júpiter destacaba sobre el horizonte al principio de la noche. Las nubes lo ocultaban de vez en cuando, y también a los meteoros más débiles.
El pantano estaba animadísimo de gente. Muchos curiosos se habían acercado a ver las estrellas fugaces, parece ser que en TV le han dado mucho bombo al asunto. En vista de que el espectáculo era poco vistoso, la mayoría de los coches se han ido pronto. Eso sí, unos domingueros que tenían una luz que nos cegaba a todos los que estábamos a menos de 1500 metros a la redonda se quejaban de que se veían pocas estrellas ¡!. Ya lo dice la Biblia,
Stultorum infinitus est numerus. Las luces del fondo son la propia contaminación lumínica de Córdoba.
Domingueros bien pertrechados para ver Perseidas
Aunque he visto algunos meteoros notables, la ley de Murphy ha querido que la cámara siempre apuntara a otro rincón del cielo. Os dejo dos imágenes, una del
Carro y otra de la constelación del
Cisne. He marcado los asterismos para ayudar a la identificación.
En mi opinión el bombo que se le da a las Perseidas tiene un efecto perverso. Este año se esperaba que la actividad no fuera
demasiado elevada, pero no es eso lo que ha repetido la prensa. A la hora de la verdad la gente de la calle se lleva una desilusión. Una lluvia poco espectacular y ni siquiera han tenido el consuelo de ver Marte tan grande como la Luna llena :-P
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2009-08-13, 02:39 | 2 comentarios