El beso en la Luna

En la céntrica Piazza della Reppublica de Roma, sobre las antiguas Termas de Diocleciano, Miguel Ángel diseñó en 1562 la Basílica de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri.

Basílica de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri, Roma

Bajo el crucero del templo se encuentra uno de los instrumentos astronómicos cumbre del siglo XVIII: la meridiana de Francesco Bianchini. La línea meridiana fue un encargo del papa Clemente XI. Bianchini era secretario de la comisión del calendario y eligió esta ubicación por las formidables dimensiones del edificio que permitirían una precisión sin precedentes en un instrumento de estas características.

Bianchini mejoró el diseño de Cassini en la meridiana de San Petronio, en Bolonia, permitiendo observar, además de los pasos del Sol, tránsitos estelares.

El foro gnomónico, es decir, el orificio por el que entra la luz del Sol a la meridiana, tiene que ser estable a lo largo de los siglos para poder realizar medidas astrométricas de gran precisión. En la meridiana de Roma, se encuentra a una altura de 20,34 metros del suelo.

Bianchini determinó la altura aparente del polo celeste con una precisión de 1" de arco. La diferencia con la verdadera latitud no fue descubierta hasta veintisiete años después, cuando el astrónomo inglés James Bradley descubrió la aberración de la luz.

Foro gnomónico, junto al inicio del arco arriba a la derecha

Detalle del foro gnomónico

Sobre la cinta de mármol en la que va insertada la línea de bronce de la meridiana aparecen escritos los nombres de las principales estrellas del cielo septentrional. Para observar los tránsitos estelares se abría una ventana en la que se encontraba el foro gnomónico.

En la actualidad todavía se utiliza la meridiana para realizar medidas de posición y observar eclipses de Sol.

Signo de Cáncer

Signo de Escorpio, junto a una columna

El papa Clemente XI inauguró la meridiana el 6 de octubre de 1702, festividad de San Bruno, fundador de la orden cartuja, cuya estatua se encuentra a la entrada de la iglesia. Los monjes cartujos fueron los encargados del templo durante tres siglos, hasta 1884.