El
Deutsches Museum es uno de los museos de ciencia y tecnología más grandes y visitados del mundo. Se dice que si uno se para a leer los letreros de cada vitrina necesitaría un mes entero para recorrer todas sus salas. Este verano he tenido ocasión de recorrer sus salas, lo que sigue es una pequeñísima muestra de lo que se puede encontrar en este impresionante lugar.
El museo, cuyo nombre completo es
Deutsches Museum von Meisterwerken der Naturwissenschaft und Technik se encuentra en
Múnich, en una isla del río Isar. Se fundó el 28 de junio de 1903, por iniciativa de
Oskar von Miller tras una reunión con la
Verein Deutscher Ingenieure, la Asociación de Ingenieros Alemanes.
Su torre visible desde cualquier punto elevado de la ciudad incluye varios instrumentos meteorológicos.
Entre las más de 20.000 piezas exhibidas en el museo encontramos el primer motor Diesel de la historia, submarinos, barcos, coches,
aviones Junkers, maquetas a escala 1:1 de aviones históricos como el de Bleirot o el de los hermanos Wright. En la sala de aeronáutica pueden verse más de 50 aviones originales.
En las seis plantas del museo se pueden visitar secciones dedicadas a técnica aeroespacial, agricultura, una reproducción de la Cueva de Altamira a escala 1:1, radio, astronáutica, astronomía, construcción de puentes, cerámica, química, ordenadores, imagen digital, energía eléctrica, medio ambiente, geodesia, historia del museo, ingeniería hidráulica, componentes de máquinas, herramientas, navegación marina, matemáticas, minería, metalurgia, microelectrónica, gas y petróleo, música, papel, farmacia, imprenta, instrumentos científicos, telecomunicaciones, industria textil, construcción de túneles, pesos y medidas y una de las mejores maquetas de trenes eléctricos de Europa.
En el ala dedicada a la biología encontramos un modelo a escala 350.000:1 de una célula.
En la sección correspondiente a los instrumentos musicales se puede admirar una completísima colección de instrumentos de los cinco continentes, desde el
didgeridoo a la gaita gallega, pasando por el bandoneón. También exhiben el primer órgano del sur de Alemania y un clavicordio del siglo XVII.
En la sala dedicada a la criptografía podemos ver una
máquina Enigma y otros dispositivos de cifrado muy ingeniosos.
Además de las salas temáticas el museo cuenta con experimentos en vivo, uno de los más llamativos tiene lugar en la sección de alta tensión, donde provocan una descarga de 800.000 V que cae sobre una esfera en la que va montado un ayudante, la descarga sólo dura 2 microsegundos, pero el estallido es ensordecedor.
La sección de astronomía cuenta con más de doscientas piezas: instrumentos de medida, telescopios, globos celestes y una colección de maquetas de observatorios históricos.
Maqueta de Stonehenge
Maqueta del observatorio de Hevelius
Maqueta de Uraniborg, el observatorio de Tycho Brahe
Maqueta del telescopio de Herschel
Maqueta del radiotelescopio de Effelsberg
En la sección de navegación podemos encontrar una interesante colección de instrumentos marinos: ballestillas, relojes de sol, astrolabios, sextantes, globos celestes, etc.
También hay una buena colección de telescopios e instrumentos de paso procedentes de distintos observatorios del país.
En la sala de aeronáutica podemos ver una sección del
Spacelab, un laboratorio espacial fabricado en Bremen. Aunque el original se conserva en Bremen el del museo de Múnich fue el modelo real con el que ensayaron en tierra los astronautas.
También cuenta con una interesante muestra de instrumentos y trajes espaciales, tanto soviéticos (por ejemplo el utilizado en la estación espacial MIR en los 90) como americanos (por ejemplo, el traje espacial Gemini de los años 60).
Tampoco faltan referencias a la Luna. Se exhibe un interesante globo lunar en relieve fabricado por Eduard v. Lade en Berlín en 1899. La cara oculta permanece, lógicamente, sin cartografiar. Así que en realidad se trata de dos medios globos de la cara visible, uno en relieve y otro plano que incluye los nombres de las formaciones.
En la sexta planta se encuentra el
planetario Zeiss, sobre una cúpula de 15 metros de diámetro se reproducen los movimientos de los planetas y las estrellas. En el
Deutsches Museum se instaló el primer planetario del mundo el 7 de mayo de 1925. Desde entonces casi 9 millones de visitantes han asistido a alguno de los 90.000 programas de planetario realizados.
En la azotea está el jardín de los relojes de sol, que cuenta con una interesantísima colección de relojes de sol de todos los tipos imaginables.
En el patio central se puede ver un reloj astronómico construido alrededor de 1932 que indica la hora del día, el día de la semana, el mes, la fase de la Luna y la posición del Sol en el zodiaco.
También en el patio hay una bola dorada que representa al Sol, a partir de aquí comienza el
paseo de los planetas. Los planetas del Sistema Solar aparecen colocados a escala a lo largo del paseo que bordea el río. Es una forma muy didáctica de explicar las colosales dimensiones de nuestro Sistema Solar. Plutón se encuentra a 4,5 km.
El Sol, inicio del paseo de los planetas
Venus, y la bola del Sol al fondo
Cartel correspondiente al planeta Tierra, a 116 m del inicio
De este lado del museo también se puede ver un bonito reloj de sol vertical de 1951 que indica la hora real de la ciudad y la posición del sol en el zodiaco.
Otras propuestas de destinos astronómicos:
La meridiana de Santa Maria degli Angeli
Zytglogge, el reloj astronómico de Berna
La meridiana de Cassini
Una visita al Observatorio Antiguo de Beijing
Mnajdra y Las Pléyades
El Planetario de Toruń
Relojes suizos....de sol
Una visita al Museo de Historia de las Ciencias de Ginebra
Visita al Museo de Ciencias Planetarias
El Leviatán de Parsonstown
El reloj astronómico de Lund
Una visita a Calar Alto
La Torre Redonda
El reloj astronómico de Jens Olsen
Uraniborg, la isla de Tycho
Visita al observatorio de Sierra Nevada
Tras los pasos de Galileo
Visita al Museo de la Ciencia "Leonardo da Vinci"
Un calendario solar en Milán
Una visita al Globenmuseum de Viena
Una visita al museo de la Ciencia de Londres
Una visita al Royal Observatory de Greenwich
Visita al Planetario de Praga
La tumba del Sol: un cráter meteorítico en Estonia
Arte astronómico I
Arte astronómico II
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2010-09-13, 00:44 | 3 comentarios