En nuestro planeta son habituales los puentes de piedra y los túneles naturales, formaciones geológicas producto de la erosión y el efecto de los fenómenos atmosféricos. Un ejemplo es la
Azure Window de la isla maltesa de
Gozo.
Azure Window - Crédito: Paco Bellido, 2008
Pero no sólo en nuestro planeta encontramos formaciones geológicas caprichosas.
Messier y Messier A forman una de las parejas de cráteres más llamativas de la Luna. Estos cráteres se encuentran situados en el
Mare Fecunditatis, los dos tienen una atípica forma elongada, el primero de 9 x 11 km y el segundo de 13 x 11 km. Sus formas distan bastante de las formas redondeadas habituales en los cráteres lunares y sus par de rayos paralelos añade aún más misterio a su origen. Sobre el origen de estos cráteres de extraño aspecto se han elaborado numerosas teorías, algunas de ellas realmente disparatadas, como las del observador planetario
Valdemar Axel Firsoff que creía que el cráter
Messier A se estaba desplazando hacia el este.
Messier y Messier A - Crédito de la foto: Maximilian Teodorescu
A principios de los años cincuenta del siglo pasado,
Harvey H. Nininger, un coleccionista de meteoritos americano, planteó la hipótesis de que el par de cráteres
Messier y Messier A (conocido en aquella época como
W. H. Pickering) se había formado gracias al impacto de un cuerpo que excavó un túnel en el
Mare Fecunditatis. De este modo, el cráter
Messier se había producido en la entrada del objeto y
Messier A a la salida. En 1952 apareció un artículo en la revista
Sky & Telescope donde explicaba su idea del túnel horadado por un impacto rasante.
Ilustración del artículo de Nininger aparecido en Sky&Telescope
La teoría más aceptada en la actualidad fue propuesta por el científico de la NASA
Donald Gault, quien recibió la
Medalla Barringer por sus estudios sobre los fenómenos de impactos.
Gault y sus colegas utilizaron una pistola vertical para disparar proyectiles a altísima velocidad sobre blancos preparados al efecto. El objetivo consistía en estudiar la física que rodea a la formación de cráteres de impacto. Su experimento demostró que los cráteres adoptan una forma relativamente circular siempre que el proyectil forme un ángulo con la superficie superior a 45 grados. Con impactos casi rasantes, inclinados menos de 5 grados lograron reproducir la forma irregular y los extraños patrones de rayos de la pareja de cráteres
Messier. El cuerpo que los formó llegó en una trayectoria casi rasante desde la parte oriental del Mare Fecunditatis y formó el cráter
Messier, tras el impacto rebotó hacia adelante y formó el cráter
Messier A a menor velocidad.
Las fotos actuales no muestran ningún túnel, pero ahora sabemos que sí hay túneles en la Luna, aunque su formación obedece a otros fenómenos naturales. La siguiente pareja de fotografías con distinta iluminación tomadas por la
Lunar Reconnaissance Orbiter nos permite hacernos una idea de este puente natural. La imagen de la izquierda se tomó con el Sol a 42º de altura sobre el horizonte y la de la derecha con el Sol a 80º de altura.
La profundidad de las simas es de 12 y 6 metros respectivamente:
Puente natural en la Luna - Crédito:NASA/Goddard/ASU
El origen de esta formación lo encontramos en el colapso de un
tubo de lava, como el que se encuentra en la
Cueva del Viento de Tenerife. Este tipo de fenómeno geológico parece ser habitual en el Sistema Solar, además de en la Luna, se han descubierto
tubos de lava en Marte.
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2010-09-29, 21:35 | 0 comentarios