Las Meninas, no solo es el cuadro más famoso de
Velázquez, es también la obra más conocida del
Museo del Prado y la que mejor resume el carácter único del genial pintor sevillano.
A primera vista se trata de un cuadro sencillo, una estampa de un momento de la vida en palacio en tiempos de
Felipe IV. Pero las apariencias son engañosas, la obra encierra numerosas lecturas y matices, no en vano se trata de uno de los cuadros más analizados de la historia del arte.
El cuadro presenta al pintor capturando una escena cortesana en una amplia sala del Alcázar de Madrid. La
infanta Margarita es atendida por dos doncellas, conocidas como “meninas”: a la izquierda
María Agustina Sarmiento, que le ofrece una jarrita con agua, y a la derecha
Isabel de Velasco. Un poco adelantada encontramos a la enana
Maribárbola y al pequeño bufón
Nicolasito Pertusato que molesta a un perro. Detrás aparecen
Marcela de Ulloa y un guardadamas sin identificar, al fondo en una puerta el aposentador real José Nieto y, reflejados en un espejo, encontramos a los reyes
Felipe y
Mariana. La cuidada composición ofrece una gran sensación de profundidad que ha hecho elucubrar a cientos de críticos y artistas desde hace siglos.
Existen muchas interpretaciones del cuadro, la idea principal hace referencia a la política de la época y a los problemas dinásticos. La infanta
Margarita es la primera hija del rey con
Mariana de Austria. Su hermano
Carlos, que finalmente reinará como
Carlos II, nacerá diez años después.
Entre el vasto abanico de explicaciones más o menos esotéricas destaca la idea del profesor
Jacques Lassaigne quien en
Les Ménines (Lausana, 1973), explica la obra planteando que todo el conjunto era en realidad una representación mágica y protectora de la constelación
Corona Borealis, en cuyo centro destaca la infanta
Margarita.
Alphecca, la estrella principal de la
Corona Boreal, también se conoce como
Gema y como
Margarita Coronae, es decir, la
Perla de la Corona. Etimológicamente margarita hace referencia a la perla de algunos moluscos, de hecho, esta acepción todavía se encuentra en el
Diccionario de la Real Academia. Si se me permite la digresión, la conocida expresión "
arrojar margaritas a los cerdos" a veces aparece como "
arrojar perlas a los cerdos", pero en realidad significan lo mismo.
Según la teoría de
Lassaigne, la estrella principal de la constelación, personifica a la infanta
Margarita. El crítico francés basaba su afirmación en la erudición de
Velázquez, poseedor de una de las mejores bibliotecas de su tiempo. Está documentado que entre sus libros se encontraba la
Suma Astrológica de
Antonio Nájera, así como tres anteojos para mirar las estrellas.
Ángel del Campo y Francés, ingeniero de caminos y miembro de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando también respaldó esta idea en su obra
La Magia de las Meninas (Madrid 1978).
Del Campo planteó la idea de que las cabezas de los personajes de la izquierda y las manchas de los cuadros forman un círculo, símbolo de la perfección. En el centro de ese círculo se sitúa el espejo con los rostros de los reyes, de este modo se da a entender que la monarquía es el sistema político perfecto. Uniendo las cabezas de los diferentes personajes aparece la forma de la
Corona Boreal, pero siguiendo con las uniones de puntos aparece el símbolo de
Capricornio, signo natal de la reina
Mariana. Personalmente me parece una teoría bastante traída por los pelos, aunque la correspondencia entre las figuras (concretamente sus corazones) y la posición de las estrellas resulta llamativa, creo que no es demasiado complicado hacer coincidir un número de puntos limitado en un cuadro de conjunto donde aparecen tantos personajes.
Artículo publicado originalmente en mi sección La Cara Oculta en la revista AstronomíA, 151 (enero de 2012).
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2012-02-06, 10:33 | 5 comentarios