Un fanático defensor de las escrituras diseñó a finales del siglo XIX una de las teorías más disparatadas sobre la forma de nuestro planeta
Puede sorprender que a estas alturas haya quien todavía sea capaz de defender que la Tierra es plana. Aunque la afirmación no resiste el más mínimo análisis crítico, la
Flat Earth Society, la más conocida de las asociaciones de defensores de esta peregrina teoría, llegó a contar con más de 3000 miembros incluso después de la llegada del hombre a la Luna, cuando las fotos de las misiones Apolo ocuparon las primeras páginas de la prensa mundial. Su página web asegura que hay una conspiración mundial para hacer creer a la gente que la Tierra es redonda. Aunque la idea de una Tierra plana se abandonó en la Grecia clásica, ha tenido defensores en distintas civilizaciones y épocas.
En 1893 Orlando Ferguson, un promotor inmobiliario de Dakota del Sur, publicó un mapa que intentaba conciliar ciencia con las Escrituras. El mapa está impreso sobre papel de seda coloreado con acuarela. No se sabe cuántas copias se imprimieron, pero en la actualidad solo se conservan dos, una en el
Museo de los Pioneros de Hot Springs y otra en la
Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América. Al parecer el mapa era un complemento a la charla que Ferguson iba dando de ciudad en ciudad. Había además un libro de 92 páginas del que no ha llegado a nuestros días ningún ejemplar.
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En la esquina inferior derecha del mapa se puede leer “
Manda 25 centavos al autor, el profesor Orlando Ferguson, para recibir un libro que explica esta Tierra Cuadrada y Estacionaria. Desecha claramente la Teoría del Globo. Te enseñará como predecir eclipses. Vale su peso en oro”.
La Tierra de Ferguson tiene forma de gran losa rectangular con una hendidura circular en el centro de la que sobresale una protuberancia. Geométricamente es un toroide inverso. Cada una de las cuatro esquinas del planeta está protegida por un ángel guardián, según aparece en el libro del Apocalipsis 7:1. Sobre el Polo Norte se sitúa un eje con soportes de los que penden la Luna y el Sol.
En el mapa se explica que hay cuatrocientos pasajes en la Biblia en contra de la teoría del globo terráqueo, de una Tierra que vuela por el espacio sin que nada la sostenga. En realidad no son tantos, pues buena parte se han sacado de contexto. A la derecha aparece un globo esférico con el pie de imagen “
Estos hombres vuelan en el globo a razón de 65.000 millas por hora alrededor del Sol y 1042 millas por hora alrededor del centro de la Tierra (en su mente). ¡Imagine esa velocidad!”.
Hay que reconocer que el mapa de Ferguson permitía conciliar algunos hechos bien conocidos desde la época de Colón, por ejemplo que los mástiles sigan siendo visibles cuando los barcos se alejan, pero sobre todo es una muestra de la inventiva de la que es capaz el ser humano por defender sus ideas.
Artículo publicado originalmente en mi sección
La Cara Oculta en la revista
AstronomíA, 187 (enero de 2015).
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2015-03-23, 20:57 | 1 comentarios