Ayer tuve ocasión de ver en directo uno de esos espectáculos sobrecogedores que la Astronomía nos regala de cuando en cuando. Mientras tomaba imágenes del Sol, un filamento solar de más de 300.000 km se soltaba y quedaba flotando en el espacio.
El enorme filamento de plasma era visible en el limbo nororiental desde hacía unos días, las nubes no me permitieron fotografiarlo el día anterior, así que al mediodía, una vez disipado el banco de nubes matutinas que suele formarse sobre el valle del Guadalquivir, subí a verlo.
Conforme tomaba imágenes pude comprobar cómo se desplazaba el filamento. Supuse que acabaría por colapsar o por desprenderse en poco tiempo.
En la siguiente película captada por el satélite SDO puede verse en detalle el desarrollo del fenómeno.
En la siguiente imagen comparativa se puede ver la situación antes y después de la desconexión. La eyección de masa coronal no iba dirigida hacia la Tierra, por lo que no se esperan variaciones geomagnéticas importantes en las próximas horas.
La nube de plasma se extendía a lo largo de varios centenares de miles de kilómetros y evolucionaba a una gran velocidad. Sin duda se trata de una de las mayores eyecciones jamás captadas desde la Tierra.
Tras la desconexión este era el aspecto del Sol, un disco prácticamente limpio, sin manchas y sin actividad.