Con más de 45 °C grados a la sombra ayer en Córdoba, cuesta creer que el Sol está ahora cinco millones de kilómetros más alejado de nosotros de lo que estuvo el 4 de enero. En efecto, ayer a las 21:41 hora oficial alcanzamos el afelio, el punto en que la Tierra está más lejos del Sol en su órbita anual.
Y esos cinco millones de kilómetros de distancia hacen que el Sol se vea más pequeño que otras veces, como muestran esta comparativa. Hay más de un minuto de arco de diferencia entre los dos diámetros aparentes.
Aunque resulte chocante que sea en pleno verano cuando nos encontramos más lejos del Sol, hay que tener en cuenta que el principal factor de la existencia de estaciones en nuestro planeta son los 23,44° de inclinación del eje terrestre. En verano el Sol aparece más alto sobre el horizonte, los rayos solares son más perpendiculares y eso afecta a las temperaturas. No obstante, la variación de la distancia al Sol también juega un papel importante a largo plazo en el clima. Al estar lejos del Sol nos movemos un poco más despacio, lo que hace que los veranos en el hemisferio Norte sean actualmente un poco más largos (unos cuatro días) que los inviernos. Las
variaciones orbitales (o ciclos de Milankovitch) afectan en buena medida al clima. La excentricidad y la precesión de la órbita de la Tierra así como la inclinación del eje terrestre hacen que se produzcan glaciaciones periódicas.
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2015-07-07, 11:15 | 1 comentarios